Montse (54 años) se quedó en paro tras cerrar la tienda de decoración y textil donde trabajó los últimos siete años como dependienta. La mala suerte para ella fue que esto le sucedió unas semanas antes de que todo el mundo se parase debido a la pandemia actual que azota todo el mundo. En concreto en España (Madrid), donde ella reside, confinaron a todo el país durante más de dos meses y cerraron todos los negocios excepto los esenciales para los ciudadanos, por lo que buscar empleo no era una opción en ese momento. Sin embargo, una vez desconfinaron a la población tardó 5 días en conseguir empleo.
Montse te cuenta su historia en primera persona. Una historia de muchos de la que podemos aprender:
"En febrero de este año me quedé en paro y, tras una merecida semana de descanso para poner en orden la cabeza, en seguida me puse a buscar empleo de nuevo. Al principio busqué a través de aplicaciones como Infojobs, aunque nunca había utilizado este tipo de plataformas y no es que fuese muy activa en ellas porque nunca las había utilizado. Aún así me llamaron para una entrevista en un Call Center a media jornada de uno de los puestos a los que apliqué a través de esta app.
Mientras esperaba a que me respondiesen después de realizar la entrevista, yo seguí buscando trabajo y esta vez lo hice a la antigua: me fui por mi barrio a echar un ojo a las tiendas para dejar mi currículum independientemente de que buscasen o no personal.
A los días me llamó el dueño de una tienda de ropa, que por cierto está al lado de mi casa, y me comentó que necesitaba una persona para hacer las tardes. La mala suerte fue que no pude empezar a trabajar porque nos confinaron durante dos meses y ningún local podía abrir.
Cuando terminó el confinamiento, el dueño me volvió a llamar de nuevo para empezar a trabajar esa misma semana. La realidad era que la tienda le aportaba al dueño más dolores de cabeza que grandes márgenes de beneficios para pagarme a mí y pagarse a él, por lo que me propuso algo: quedarme con la tienda.
Eché unos cálculos y vi que para una persona la tienda era rentable. De modo que, después de un mes trabajando para el dueño, me quedé con la tienda.
Ha sido todo un reto y una aventura poder llevar mi propio negocio y, además, en medio de una crisis como la que estamos teniendo. De momento, las cosas van bien en la tienda, soy mi propia dueña y estoy motivada con esta nueva etapa.
Os animo a todos a no quedaros solo en las apps de trabajo. Salid por vuestro barrio, preguntad in situ en las tiendas y empresas que tengáis cerca o en las que queráis trabajar porque nunca sabes donde puede salir una oportunidad."
Testimonio de Montse Gómez, dueña de la tienda de ropa de hombre CLOVER (Pacífico - Madrid - España)