Diego va a ver a su hija todos los viernes y la recoge del colegio. Está separado y vive a 50km. Cuando se dio cuenta del gasto total en combustible tomó conciencia de que algo tenía que hacer. Estos son sus trucos.
“Voy a ver a mi hija todos los viernes y la recojo del colegio. Estoy separado y vivo a 50 km porque en su momento no pude acceder a un alquiler asequible cerca de donde ella está.
Durante los primeros meses después de separarme, cogía el coche sin mirar el gasto. Mi cabeza, evidentemente, estaba en otro sitio. Pero cuando me fui aclimatando y asimilando bien las distancias, caí en la cuenta del coste que me suponía el ir y venir una o dos veces por semana a la ciudad.
Hice el cálculo. Si el coste en combustible (uso gasolina 95) de un viaje me sale aproximadamente por 7 euros sin peajes, es decir, por carretera nacional, y hago una media de 12, gasto al mes 84 euros, lo que me supone un gasto anual de 1008 euros. Sí, una barbaridad. Es por eso que tuve que tomar algunas decisiones y echar mano de trucos para reducirlo.
Elección de ruta
Durante dos semanas probé a hacer el viaje por autopista así que pagué los dos peajes correspondientes: uno de 5.09 € y otro de 3.17 € (8.26 € en total).
Hice seis viajes y me supuso un gasto de 49.56 €. Puede ser una cantidad demasiado elevada y más si tenemos en cuenta que solo es el gasto de dos semanas.
No obstante, me di cuenta de que había reducido el consumo de combustible a 4 € el viaje, una cantidad pequeña a simple vista pero que, multiplicada por la cantidad de desplazamientos que hago al año, resulta más abultada de lo que parece.
Estacionamientos
Cuando uno da mil vueltas para poder aparcar y pasa una media de veinte o treinta minutos para ese menester, no solo está entretenido escuchando la radio mientras adelanta autobuses y espera impaciente a que el semáforo cambie de color, ¿quién no ha pensado alguna vez en la cantidad de litros de gasolina que se esfuman así? Pues bien, se estima que el gasto de cada conductor en combustible buscando aparcamiento es de 216,64 €, lo que supone al mes alrededor de 18 € mensuales.
Para ponerle freno a este gasto inútil tomé la decisión de estacionar mi coche en un parking gratuito de la periferia y coger el metro. Si compro un bono de diez viajes de metro, tengo para todo el mes. De 10 euros aproximadamente que vale la tarjeta a 18 euros de combustible dando vueltas sin sentido, van 8 euros de diferencia. Suma y sigue.
Repostar en gasolineras low cost
Desde que aparecieron hace ya algunos años, las primeras gasolineras low cost generaron la idea de que al ser baratas, eran de peor calidad, de menos confianza o menos eficientes.
Puede que el consumidor no esté acostumbrado a tales diferencias de precios y desconfíe, pero no siempre lo que es barato es malo y lo bueno es caro.
Personalmente, me he acostumbrado a repostar en una gasolinera low cost y la diferencia en el gasto es considerable. A pesar de que tengo que dar un pequeño rodeo para poder llenar el depósito, pago el litro de 95 a día de hoy a 0,99 €. En una gasolinera normal se paga a 1,30 e incluso a 1,35 €. La diferencia, más de 0,30€ el litro es aplastante y hasta ahora no he tenido ningún problema en mi vehículo.
Una buena conducción
Los consejos de mi primo, mecánico en un concesionario, también me ayudaron cuando decidí ahorrar en gasolina.
Para gastar menos combustible es preciso utilizar, siempre que sea posible, marchas largas y no forzar el motor además de evitar acelerar bruscamente a no ser que sea absolutamente necesario (adelantamientos, carriles de aceleración...).
También es importante el uso del freno a motor, reducir velocidad cambiando de marcha suavemente puede ahorrarte algunos litros.
Si tienes un vehículo con automatismo de velocidad es mejor no usarlo porque el motor se puede revolucionar con cambios de rasante pronunciados para mantenerse a la velocidad que le indiques a cambio de gastar más combustible.
Así que, salvo que los trayectos sean largos, es mejor evitar su uso.
Mantenimiento del vehículo
Con el fin de mantener a raya el consumo, también tuve en cuenta algunos factores relacionados con un buen mantenimiento del vehículo:
- Cambiar el aceite cuando requiera.
- Cambiar el filtro de aire si está sucio.
- Guardar especial atención a los filtros del aceite.
- Mantener los neumáticos con la presión adecuada y alineados.
- Vigilar el líquido refrigerante, si se degrada fuerzas el motor innecesariamente.
Después de seguir todos estos trucos, logré reducir considerablemente el consumo de gasolina en mis trayectos, rebajando aproximadamente 300 € en mi consumo anual.
Si tener coche es todo un lujo en los tiempos que corren, no es demasiado razonable gastar más de lo que ya de por sí se exige por él (seguros, impuestos de matriculación, ITV...). Gastar menos gasolina es posible, ¡palabra!