El currículum es el documento que recoge la información personal, educativa, formativa y laboral de una persona, para servir como carta de presentación a un puesto de trabajo. Hay distintos tipos de currículums de acuerdo a la vida laboral que hayas llevado. Mira cuál de estos te conviene.
Currículum cronológico
Este currículum organiza la información gradualmente. Inicia por los logros y puestos de trabajo más recientes y acaba en los más antiguos. Es una demostración de la evolución ascendente de la trayectoria laboral.
Si tienes una extensa trayectoria académica y laboral, puedes marcar la evolución de la carrera profesional. Pero, si te acabas de graduar y no tienes tanta experiencia laboral o tu periodo de inactividad es largo, entonces es mejor que utilices otro tipo de currículum.
Para hacerlo debes incluir tus datos personales, como profesión, años de experiencia y una foto adecuada, porque será la primera imagen de ti. Lo siguiente será la formación académica, desde lo más antiguo hasta lo más reciente. Primero lo escolar y luego la universidad. Lo siguiente es lo complementario, como algún master.
Pon tu información profesional, como tus tus últimos empleos, desde el más antiguo hasta el más reciente. Finaliza con datos de interés, como los idiomas que conoces o los conocimientos informáticos.
Hazlo con una letra clara y grande, preferiblemente arial o verdana. Usa líneas separadoras entre las secciones.
Currículum funcional o temático
En este se distribuye la información por temas. Destaca habilidades y competencias, marca los logros e intenta disimular lo que no es tan bueno, como inexperiencia o vacío labora. Este no se ordena de forma cronológica.
Es excelente para quienes no tienen experiencia laboral, quieren cambiar de sector o tienen mucho tiempo sin trabajar. No funciona para quienes tienen una amplia experiencia laboral.
Inicia con lo típico: la información personal sobre ti, profesión, años de experiencia y una foto adecuada. Lo siguiente será una descripción general de tu perfil profesional, con los trabajos ejercidos, funciones, cargos, años que estuviste activo. Resume tus principales cualidades y capacidades. Pon tus logros en cada puesto que desempeñabas.
Habla de las habilidades en tu área y la experiencia profesional. Describe tu formación académica, con una descripción de tus estudios sin orden cronológico. Luego añade información de interés, como conocimientos informáticos, disponibilidad horaria e idiomas que manejas. Es importante que sigas las recomendaciones de escribir en Arial, de forma clara y en primera persona en singular.
Currículum combinado o mixto
Es el ideal para toda clase de candidato. Este modelo permite plasmar de forma más completa toda la información laboral. Se puede incluir la experiencia, las habilidades, los logros o cualquier clase de preparación extra. No es lo más adecuado si prefieres los currículums simples o no tienes tiempo, ya que a este hay que dedicarle tiempo de elaboración.
Para redactarlo debes poner nombre y apellidos, número de teléfono, correo electrónico y otros datos personales que consideres necesarios. Debes detallar tu perfil, objetivos profesionales, qué se busca aportar a la empresa y qué esperas desarrollar en el nuevo puesto de trabajo.
Define tus habilidades y competencias al momento de trabajar. Qué te diferencia de otros. Recuerda que no eres el único candidato.
En cuanto a la experiencia profesional, añade los trabajos anteriores y una descripción breve de cada puesto de trabajo. No debe ser más de un par de líneas por cada puesto. Pon el cargo que ocupaste, nombre de la empresa y descripción.
Sobre tu formación académica, añade los estudios superiores o básicos que tengas, sin nada más. También pon información de interés que sea útil para el puesto, como algún idioma que manejes.
¿Cuál es tu tipo de currículum? ¿Ya tienes idea de cómo hacerlo? Abre un archivo Word y prepara tu hoja de vida para armarte un expediente laboral a la medida.