El proceso de toma de decisiones te acompañará en cada paso que des. Más aún en el trabajo, cuando tienes un poco de libertad y el peso de cada tarea está en tus hombros. Existe una fórmula, no perfecta pero sí útil, para atinar a las mejores opciones en tu empleo.

1.- Hazte preguntas

No hagas nada sin pensar qué estás haciendo y por qué. Desarrolla una autoconciencia, busca un equilibrio entre las órdenes que recibes y lo más razonable y lógico.

Puedes cuestionar las órdenes de tu superior directo siempre que, según tu sentido común, lo que te ordenen no sea razonable. Puedes conversarlo con tu jefe y encontrar una solución adecuada.

2.- Busca una guía

Busca a alguien que te sirva como guía. Apégate siempre a alguien que tenga más tiempo que tú en el trabajo. Una persona que te dé retroalimentación sobre tus dudas e inquietudes. Capaz de darte consejos sobre la dirección a seguir. Sería alguien vital para conseguir tus objetivos dentro de la empresa.

Debe ser neutral, que no esté involucrado en tus decisiones. Por ejemplo, un jubilado de la empresa o alguien con tu mismo puesto en otra empresa. Si eres gerente de una empresa de lácteos, tu mentor puede ser el gerente de una concesionaria o de una empresa de maquillaje. Pero, no nadie que trabaje contigo.

3.- La mejor opción siempre será hacer lo correcto

Cuando haces lo correcto tienes éxito. Incluso si eso te lleva a perder o a llegar más tarde al objetivo final. Recuerda que cada paso concretado que des para llegar a la meta es un acierto.

Así, por ejemplo, si trabajas en una empresa organizadora de eventos, ya tienes todo listo para un evento al aire libre y ese día cae un huracán, lo más propicio es aplazarlo y esperar que pase el temporal.

Si lo hicieras bajo techo, posiblemente no habría electricidad ni cabrían todos los invitados.

4.-Hazte responsable de tus actos

El proceso de toma de decisiones casi siempre tiene un riesgo y una recompensa. Por lo mismo, existen opciones. Si eliges la equivocada, lo más factible es hacerse responsable de los errores. Lo mismo aplica si escoges la decisión que conlleve un mayor riesgo.

Al estar frente a una decisión evalúa la relación entre el riesgo y la recompensa. Así podrás discernir con mayor facilidad qué es lo más factible y lo mejor en cada caso. Siempre es bueno hacer proyecciones de qué podría pasar al elegir cada cosa.

5.-Evalúa

Siempre reevalúa tus decisiones. Así hayas tenido un éxito o fracaso. Al obtener los resultados, sean negativos o positivos, haz una evaluación de lo que hubiera pasado al elegir las otras opciones. En ese momento ya tendrás todas las variables o factores externos que influyeron en tu trabajo.

Si por ejemplo, debes entregar en una semana 7 artículos a una empresa y 2 en otra, te ordenaste para hacer tres artículos diarios, pero se te fue el internet un día entero, entonces fue una buena opción porque tienes unos cuantos días libres para terminar. Entonces, puedes pensar en que, si hubieses tomado la opción de redactar menos artículos diarios, quizá no hubieras terminado a tiempo.

De tal forma que, para tomar decisiones correctas lo único que debes hacer es pensar con lógica y razocinio.