Como siempre decimos, lo más importante es saber que no existe una elección buena y otra mala, sino la mejor para ti y tus necesidades. Hoy en día existe una amplia oferta de entidades financieras y por eso queremos ofrecerte consejos que te ayuden a escoger el banco que más te convenga a ti.

Puntos clave antes de empezar

Tipos de cuentas

Las más comunes son tres: cuenta corriente, nómina, ahorro, valores y conjuntas. ¿Sabes lo que significa cada una de ellas?

En cualquier caso, ya sabes que una de nuestras máximas es comparar para elegir con éxito, y en este sentido, ya no es necesario ir de banco en banco libreta en mano apuntando sus requisitos para elegir cuenta, hoy en día existen comparadores que hacen esa tarea por ti.

Además, es muy importante que no firmes nada sin leer la letra pequeña. Igual que no te casarías con cualquiera sin saber nada de él, no le entregues tu dinero al banco sin tener la información que necesitas.

Comisiones

Todos buscamos un banco con cero comisiones. Si no te informas bien, la emisión de una tarjeta de débito puede costarte 24€ y su mantenimiento hasta 45€ cada 3 meses. También hay muchos bancos que te “castigarán” con altas comisiones si no sacas dinero en sus cajeros.

No todos los bancos son iguales y por eso te aconsejamos que compares qué gastos y comisiones se aplican en las tarjetas de crédito, cuentas corrientes o fondos de inversión.

Estas son las comisiones más habituales y a las que tendrás que prestar más atención:

Como ya te dijimos, todo depende de tus hábitos y prioridades, así que piénsatelo bien. A veces pagamos comisiones que ni sabemos y eso solo depende de ti.

¿Banca online o tradicional?

Actualmente casi todas las entidades tienen el servicio de banca electrónica muy avanzado y prácticamente podemos hacer cualquier operación desde el ordenador o nuestros dispositivos móviles. No obstante, nunca está de más tener una entidad física cercana.

Por ejemplo, el trato con los bancos online suele ser mucho más claro (sin mucha letra pequeña). Eso es una gran ventaja. En cambio, no podrás negociar las condiciones, algo que sí podrás hacer cara a cara con los empleados de la identidad en una oficina física.

Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes y lo mejor es que valores tú mismo tus prioridades. A lo mejor eres un outsider y no te gusta nada lo tecnológico y por eso te decantas por los métodos tradicionales.

En definitiva, analizar tu situación, la utilidad de tu cuenta y comparar las opciones disponibles, ¡es la clave para tomar la decisión adecuada!