Todo producto en el mercado se puede encontrar por un precio más alto o más bajo. Sin embargo, la realidad es que todos los precios son relativos y la decisión dependerá en gran medida de nuestras prioridades con respecto a la calidad y características del producto. En este artículo hemos creado una guía para ayudarte a saber cuál es el precio justo de un producto para ti y cuando te están cobrando de más -o, con mucha suerte, de menos. ¿Es el precio justo o me están timando? Trucos para reconocer el valor real de lo que compras.
Calcular el precio justo
Existen cientos de miles de productos a la venta, por eso es importante tener las ideas claras antes de entrar en el mercado y adquirir aquello que buscamos. Si nos mentalizamos previamente siguiendo los pasos que te mostramos a continuación, ahorraremos tiempo, energía y dinero en la búsqueda de cualquier producto a un precio justo:
1. ¿Qué quiero comprar?
Lo primero que tienes que calibrar es qué tipo de artículo quieres adquirir. o es lo mismo comprar un pintauñas que una nevera, caso en el que deberemos esforzarnos más en estudiar el producto (sus características) y hacernos conscientes de lo que necesitamos. Para ello, evalúa sus características e identifica las que se adaptan a tus requerimientos. En función de dichas características, el precio del producto variará.
Por ejemplo, a la hora de comprar una lavadora ,deberías preguntarte por funcionalidades como el tipo de carga ya que si vives solo o en pareja, probablemente no necesites una con carga superior aunque sean más baratas en comparación, así como los tipos de lavado que incorpora.
Consejo: Sopesa y prioriza todas las características en base a tus necesidades antes de sumergirte a valorar opciones. Una vez entres a ver la oferta del mercado, el poderoso marketing se puede apoderar de ti. ¡Mejor tenerlo claro antes de entrar!
De la misma manera, la vara de medir también varía si compramos un aparato que lleva mucho tiempo en el mercado o si nos hacemos con la última innovación tecnológica. Recuerda que el precio de salida de venta suele superar el precio real del producto, simplemente porque se trata de un producto nuevo. Si te has quedado prendado de ese smartphone de última generación, paciencia, espera unos meses, ¡el precio bajará de manera abrupta!
2. Prioriza y analiza
Una vez hayas detectado las prestaciones que tú consideras fundamentales para el producto que quieres comprar, es necesario priorizar en la calidad. En otras palabras, elige las características que consideres más relevantes e investiga la calidad del producto en esas áreas.
Por ejemplo: yo quiero comprarme unas zapatillas deportivas. Podría ser que las quiera para completar looks en mi armario, en cuyo caso voy a priorizar el diseño e incluso la marca por encima de la comodidad, el agarre o el precio. Pero podría ser que quiera unas zapatillas deportivas para vestir de diario, y por lo tanto lo importante es que sean cómodas, resistentes y que la suela agarre bien. Y en el caso que sean para hacer deporte, la moda debería de importar menos en pro de funcionalidades más ergonómicas y adaptadas a su función.
3. Compara
“Y ahora que ya tengo claro lo que quiero comprar, ¿cómo sé cuál es el precio justo?” te preguntarás. La mejor opción es comparar en Internet antes de tirarnos de cabeza a la primera oferta, y para ello ya existen comparadores de precios y ofertas como Idealo o Kelkoo.
Es posible que comparando precios encuentres el mismo producto en alguna página por un precio mucho más bajo o mucho más alto que la media de las demás páginas, tiendas o proveedores. ¡Ojo! cualquier fluctuación importante en el precio siempre es sospechosa y seguramente se trate de un timo o del mismo producto pero de segunda mano. Confía en tu sentido común e intenta encontrar un precio justo para tu bolsillo pero que se acerque a la media del mercado.
Para ello, una buena estrategia es buscar varios productos que focalicen su calidad en las características que tú has priorizado y comparar los precios:
- Productos baratos: que el precio sea bajo no quiere decir que no cumpla en calidad en los aspectos que tú quieres. Por supuesto, siempre hay un precio mínimo, pero una vez comiences a comparar precios sabrás si se trata de una buena oportunidad o de un timo.
- ·Productos caros: a veces el precio sube porque el producto es de marca, tiene alguna certificación o está fabricado con materiales de primera calidad. Si estos son aspectos importantes para ti, ya sabrás que te costará más dinero.
En conclusión, lo más importante es comprobar si el producto focaliza su calidad en los aspectos más relevantes para ti y así decidir cuál es el precio justo que tú quieres pagar. ¡Categoriza, evalúa, analiza, compara y vencerás!